LOS PRINCIPIOS: ALGUNAS IMPRESIONES Y DETALLES
Toda obra tiene que tener “base” fundamentada en el Sacrificio, en la Cruz y así ocurrió en estas circunstancias cuya reseña encontramos en un escrito de Sor Kieffer (que más tarde había de ser la Madre General).
Es desde el Hospital Santa Ana con fecha l873 “El Hospital de Santa Ana estaba destinado a los indios, de ambos sexos el de San Andrés a los blancos y el de San Bartolomé a los negros. Poco a poco desaparecieron los prejuicios de color, se reservó el Hospital de Santa Ana para las mujeres. Una mujer que la llamaban “La Abadesa” era la dirigente del movimiento del Hospital en la administración. Daba órdenes a los empleados y mandaba en vano, de lo que seguía el mal servicio de los enfermos que eran mal tratados por gentes despreocupadas y de ningún sentimiento humanitario.
El 29 de Marzo de 1858, catorce Hermanas, de las residentes en la Casa Central, fueron destinadas al servicio de este Hospital. En algún tiempo era llamado la “casa santa”, pero se había cambiado en cita de todos los vicios, y sería buen campo de acción para las nuevas servidoras del Establecimiento.
Para la Comunidad había un único dormitorio con un reducido número de mobiliario, que se componía de unos somieres. La primera noche fue de lo más animado y movido: fu preciso olvidarse de que aquellas horas eran de silencio y descanso. Todo un pueblo de ratas acostumbradas a ser las únicas dueñas del terreno se disputaban con las recién llegadas el espacioso local que habían ocupado hasta entonces y saltaban de una Hermana a otra con increíble destreza, cada Hermana se procuró de un palo, como arma de defensa y obligarlas a desaparecer, que en verdad no era muy fácil, se entabló un reñido combate con el estruendo correspondiente de palos y bastones, tanto que el Señor Ecónomo se sorprendió de tal manera, que en la duda, llamó a la puerta pensando que las Hermanas estarían en disputas y peleas no podía explicarse un ruido semejante a altas horas de la noche; al abrir las puertas quedó estupefacto al ver el cuadro y escena, pues las Hermanas estaban muertas de risa en aquella batalla ratuna, y apenas podían hablar ni explicar al buen señor que tan asustado se presentaba. Toda la vida recordarían aquella memorable noche.
Al día siguiente cada Hermana se dirigió a su servicio designado, y a asistir a la visita de los médicos a los enfermos. La escena era bastante chistosa, y propia de los tiempos; los médicos era seguidos por cuatro mujeres que llevaban en sus manos una candileja que servía para encender los cigarrillos de los estudiantes que no cesaban de fumar, otra empleada formaba el cortejo, y ésta quemaba incienso para que el humo y aroma purificase el ambiente, aunque el procedimiento causaba el efecto contrario, porque el humo del tabaco, el del incienso y el olor fétido de las salas por falta de higiene, hacía una amalgama capaz de levantar el estómago del más fuerte y aguerrido y con las mejores disposiciones de servicio, como las de las Hermanas.
Las camas estaban adosadas a la pared y cubiertas con cortinas alrededor, no quedando sino una pequeña abertura; para ver a la enferma que se encontraba encerrada en aquella especie de jaula, había que levantar uno de aquellos andrajos y se sorprendía de lo que allí se encontraba; unas veces un pobre estudiante, otras toda una familia: el padre, la madre y varios chiquillos todos en la misma cama de la enferma; aún mas: los gatos, perros y ratas, eran también poseedores de las camas y las enfermas tenían junto a ellas palos si querían deshacerse de tanta compañía.
Durante más de un mes soportaron las Hermanas este panorama y poco a poco fue haciéndose una transformación a favor de aquellos pobres que tan mal atendidos estaban. Poco más o menos este fue el estado en que las Hermanas encontraron los Hospitales.
Una Hermana Sirviente, (la primera) de la Casa de Huérfanos describe lo que encontró: Había en la Casa, mujeres, niñas, madres e hijas, perro, gatos, gallinas y cuanto podían tener; parecía un mercado. Cuando se tocaba la campana para la comida, salía cada cual de donde estuviera, corrían a la cocina con un plato en la mano y un panecito pinchado en el tenedor, se armaba un verdadero escándalo dando gritos, empujones a ver cual podía más. Volvían a sus cuartos se reunían con sus animales y en una ollita terminaban de preparar sus alimentos. Cada uno tenía como cocina una piedra con un agujero donde colocaba la ollita y demás utensilios que tuvieran.
La cocina también de aquel establecimiento la describe la Hermana Sirviente; tenía tres piedras con un agujero en el centro. Había una sola olla. Las cocineras guisaban en el suelo, para mantener el fuego soplando a todo pulmón y ellas y las paredes eran de un negro bituminoso que apenas se distinguían una cosas de otras.
El mismo Director Padre Damprum, completa la descripci6n: Las huérfanas mayores vestían miriñaque y salían en las noches a los bailes... abandonadas a sí mismas y sin tutela alguna, necesitaban de alguien que con afecto y caridad se ocupase de aquellas y las formasen.
En el centro de la misma casa había una escuela con una célebre maestra capaz de mandar a un regimiento. Recorría la casa de arriba a bajo y con aire de capitán con su larga cabellera al viento y sus brazos extendidos, como los alambres del telégrafo, se imponía y estremecía al que la encontrase; las Hermanas aún las más decididas huían por no tropezarse con ella. Era muy penoso tal estado y duró cerca de dos años, pero las Hermanas trabajando con fervor, pudieron dar otro giro a aquellas manifestaciones y felices resultados se obtuvieron a favor de las huérfanas, como también en los Hospitales.
1. CASA CENTRAL DE LAS HIJAS DE LA CARIDAD DE SAN VICENTE DE PAUL
LOCAL: ANTIGUO CONVENTO SANTA TERESA
El 2 de Febrero de 1858, las 45 Hermanas que llegaron de Francia se instalaron en el antiguo Convento de Carmelitas llamado de Santa Teresa, situado en la plazuela del mismo nombre y el Jir6n Abancay, fueron recibidas por la Señorita Virginia Carassa, hija del Director de la Beneficencia; en dicha casa las Hermanas encontraron dos Obras y fueron las primeras de las que se hicieron cargo.
COLEGIO DE HUERFANAS Y EXPOSITAS
En el mismo local de Santa Teresa, encontraron las Hermanas niñas huérfanas y expósitas de las que se hicieron cargo, hasta el año de 1930 que pasaron a su nuevo local de Magdalena del Mar en la avenida del Ejército.
ESCUELA DE SANTA TERESA
En los bajos del Convento de Santa Teresa funcionaba una Escuela gratuita subvencionada por el Gobierno, las Hermanas también se hicieron cargo de esta obre, hasta el terremoto del año 1940 que destruyó el local.
SEMINARIO DE LAS HIJAS DE LA CARIDAD
En el Consejo del 16 de Junio de 1858 se decidió abrir el Seminario, en vista de las peticiones para ingresar a la Comunidad y que pedirían a Paris, envíe lo más pronto posible a la Hermana Directora; y en el Consejo del 4 de Agosto del mismo año se ley6 la autorización de los Superiores de París para abrir el Seminario el 8 de Setiembre de 1858. Las Señoritas Virginia Carassa y María Albertini empezarían su Seminario ese mismo día. También se acordó en este mismo Consejo que la Señorita Julia Rodríguez de la Rosa sería admitida como Postulante el mismo 8 de Setiembre.
Hijas de María:
La sociaci6n de Hijas de Maria data desde el 8 de Diciembre de 1666 siendo la primera Presidenta, la seño rita Guadalupe Navarrete. Esta Asociación tenía su propia Capilla construida con erogaciones de las mismas y con las actividades que realizaron, el número de asistencia media era de 150 a 180 Hijas de María que asistían en cada reunión, que eran los primeros domingos en la mañana y los segundos y cuartes por la tarde.
Gota de leche.
Entre los años de 1896 al l98 se estableció la Gota de leche, consistía en repartir diariamente un litro de leche, a lactantes de familias Pobres.
Damas de la Caridad:
Desde principios del siglo, las Da mas de la Caridad trabajan con entusiasmo e interés en favor de los necesitados. El reparto de víveres se hacía tres veces por semana o sea los días martes, jueves y viernes a numerosos Pobres en cada re parto; las Damas conseguían los víveres para los indicados Pobres, además dos veces por año se hacían repartos especiales por las fiestas de Navidad y por el 19 de Julio fiesta de Nuestro Santo Fundador.
La Olla, de los Pobres
Desde 1900 funcionó esta obra que consistía en el reparto diario de almuerzo a más de 70 familias, Pobres.
Casa Central:
Con el terremoto del año 1940, la Comunidad y el Seminario se redujeron a las habitaciones que quedaron en pié, esta estrechez no podía continuar, y después de restaurar la casa de Magdalena del Mar, se trasladó el Seminario, parte de la Comunidad y las internas del Colegio de Santa Teresa en Enero de 1942, las alumnas internas sólo fueron de Primaria; la Casa y el Colegio se llamaron Santa Luisa de Marillac “ Las antecesoras de estas niñas se remontan a las internas que pasaron de San Andrés; más o menos cuatro años después se sumaren las Internas de la Casa de ‘Santa Rosa de Candamo .
Colegio Santa Luisa de Marillac:
En el mismo local de la Casa Central, funcionó el Colegio con sólo alumnas internas y de Primaria, hasta el año de i954 En el año 1955 por Resolución Ministerial se abrió la Secundaria Comercial, para las alumnas internas y también alumnado externo.
Queriendo Sor Rosa Larrabure dejar antes de morir todos sus bienes a la Comunidad, emprendió la construcción del nuevo y actual colegio; el año 1962, por Resolución Ministerial consiguió la autorización para el funcionamiento de l Sección Secundaria Común.
Nuevo Traslado de la Casa Provincial:
La incomodidad para trasladarse a Lisa (en aquel tiempo en que casi todos los alrededores estaban desiertos) obligó a la Visitadora de entonces Sor Magdalena Pellisse a buscar un lugar céntrico. Las señoritas Irigoyen tenían en la calle Amargura en Lima una residencia, que desde la muerte de su hermano no querían ni habitarla, ni alquilarla. Muchas fueron las peticiones que se les presentaron para alquilarla o venderla, más todas fueron rechazadas, Cuando Sor Rosa Larrabure (amiga de la infancia de dichas señoritas) fue a solicitarles le alquilaran a la Comunidad, éstas impresionadas seguramente por la reciente muerte de su madre, contestaron que no la querían alquilar sino que, con todo gusto, hacían donación absoluta de dicho inmueble a la Comunidad.
Después de restaurar la casa y acondicionarla para la Comunidad, allí se trasladó la Casa Provincial en 1949, continuando en Magdalena el Colegio de ‘Santa Luisa”. En esta nueva Casa quedó la Comunidad y el Seminario hasta el año 1958, casi diez años; la Casa era demasiado pequeña, para ser Casa Central, prácticamente estaba dividida, no había ninguna obra externa por la estrechez del local. La idea de construir una nueva Casa Central, espaciosa y adaptada a las necesidades de la Provincia, surgió en el Consejo de la Comunidad y después de la autorización de los Superiores de París, se decidió comenzarla en el mismo terreno del antiguo “Santa Luisa”. Sor Savignac Visitadora, emprendió con entusiasmo, secundada por Sor Larrabure, esta obra tan necesaria.
Nuevo y último traslado de la Casa Provincial.:
El 27 de Setiembre de 1959, se hizo la inauguración de la misma, al recibir el Muy Honorable Padre General, William Slattery y de la M.H.M General Sor Francisca Lepicar.
Su hermosa Capilla, tan moderna como recogida, ha sido inaugurada el 15 de Marzo de 1960, fiesta de “Santa Luisa de Marillac y en conmernoraci6n del Tricentenario de la muerte de los Santos Fundadores, bendecida por Monseñor Federico Pérez Silva C.M. Las campanas Carrillón se inauguraron el 25 de Diciembre de 1960.
El Hogar:
El 22 de Diciembre de 1960, tuvo lugar la solemne inauguraci6n de El Hogar, casa do Retiro, una de las Funciones Sociales benéficas, que legaba la que fue en vida Sor Rosa Larrabure y Correa, a las Hijas de la Caridad para velar por su mantenimiento en todo orden de cosa, esta obra de bien social es para ancianas las que ocupan los tres primeros pisos y el cuarto esté destinado para pensionado de señoritas de modesta condici6n social que trabajan en diferentes establecimientos de Lima o estudian en las Universidad de la Capital. Las pensiones que abonen tanto las ancianas como las señoritas son módicas de carácter netamente social y benéfica.
Escuela para Domesticas “San Martín”:
Esta obra nació en 1959, para aliviar en lo posible a la triste situación de la empleada doméstica. En 1965, por Resolución Directorial del 14 de 0cubre se oficializó como Escuela Primaria, en 1966 se autorizó el funcionamiento de la Academia “La Milagrosa” de Corte, Labores y Educación Familiar, anexa a la Escuela. Actualmente funciona por las tardes en el segundo Piso del Colegio Sor Rosa Larrabure.
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